El Servilismo en el gobierno de
Nadine Heredia
Nadine Heredia
El Servilismo en el gobierno se ha extendido como plaga nefasta desde el Ejecutivo, afectando a toda la plana ministerial. El vergonzoso "silenciamiento" al Mtro. de la Cultura Luis Peirano por parte de Nadine Heredia, es un caso más, y no aislado, no sólo de servilismo, sino del endoso del Poder del Ejecutivo hacia un ciudadano claramente "no electo" dentro del proceso democrático -la esposa del presidente de la república- para liderar el Ejecutivo, mas aún, implantando una conducta deplorable de ciega e incuestionable sumisión por parte de los Ministros del Gabinete. Esta conducta y estilo, en los cuales la pedantería, el despotismo y el autoritarismo son la norma, apuntan a daños irreversibles a la consolidación de la democracia y a la ruptura del orden y fortalecimiento institucional, y son típicos de una dictadura o de una democracia "asolapada". Editor- @PeruNews
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A continuacion un ensayo sobre el "Servilismo", el cual calza a la medida los lamentables sucesos que presenciamos en el Perú:
Etimológicamente la palabra servilismo se deriva del latín, de “servus” esclavo. El diccionario lo define como la adhesión ciega y baja a la utoridad de una persona.
De acuerdo con la definición anterior, el servilismo se caracteriza por dos elementos: la adhesión ciega o incondicional; y la naturaleza baja o indigna de esa adhesión.
La adhesión ciega del servil, contraría el principio de dignidad humana, niega el valor intrínsico que tiene toda persona, como miembro de la familia humana, dotado como está, de libertad y conciencia.
La naturaleza baja o indigna del servilismo se manifiesta en el hecho de que el servil renuncia a su libertad, para someterse incondicionalmente a la autoridad de otra persona, con el fin de medrar a su sombra. A la sombra de ese amo, el servil busca como enriquecerse, figurar, gozar de prebendas. El servilismo es así el medio que utiliza para triunfar. Este hecho refleja la pobre valoración que el servil tiene de sus propias capacidades para tener éxito en la vida.
Con frecuencia, el amo trata con desdén al servil, lo humilla en público, debido a que todo amo desprecia la degradación humana del servil. Por su parte, el servil se deja maltratar, soporta, aguanta y hasta manifiesta complacencia, porque cree que sin el apoyo del amo no vale nada.
La adhesión incondicional del servil, se mantiene en tanto dure el poder del amo. Si el amo pierde poder, el primero en abandonarlo es el servil, como rata que escapa del barco que se hunde, para buscar otro que le sirve de refugio y sostén.
El servil defiende a capa y espada la ideología del amo. Si cambia de amo, el servil cambia de ideología de la noche a la mañana, adoptando con igual fervor las convicciones del nuevo amo.
El servil trata de ganar la voluntad del amo por todos los medios. Utiliza con arte y habilidad el chisme, el “cuecho”, la mentira, para indisponer al amo contra toda persona cercana. Es también celoso con todo aquel que pueda ser objeto de interés o afecto del amo. Para un servil, perder la confianza del amo o jefe es como la muerte. El servil abandonando a sus propias fuerzas se siente perdido, como la cenicienta, privada de su hada madrina.
El servil, “cepillo” en lenguaje nicaragüense, se deshace en adulaciones a su amo: usted siempre tiene la razón, nunca se equívoca, es genial, es único, las sabe todas, nadie como usted, nadie se la gana. Estas alabanzas y falsedades, hacen que los jefes o amos, se crean infalibles y cometan errores o desaciertos, que a la larga puedan llevarlos a la pérdida de prestigio y poder.
El servil tiene dos caras, o modelos opuestos de conducta, según su posición jerárquica. Muestra una cara de sumisión total hacia su jefe y otra de conducta grosera y despótica hacia los propios subordinados del servil. Se humilla hacia arriba y, a la vez, humilla a quienes de él dependen. En las profundidades de su mente, el servil siente desprecio por sí mismo, por su falta de hombría y dignidad. Por ello, trata de rebajar a los demás a su propio nivel de bajeza. Mediante este mecanismo psicológico de defensa, crea en los demás el mal que trata de no ver en su propia persona.
Las características anotadas de la anatomía del servilismo, como hemos señalado, degradan la calidad humana y afectan también los resultados de la gestión. La productividad y el desarrollo humano, sólo son posibles, si transformamos las relaciones amo-siervo, en relaciones de otra naturaleza, de modo que en vez de amos hablemos de líderes, con estilos participativos de dirección; y en lugar de servirles, hablemos de colaborarles con espíritu crítico, capaces de aportar soluciones constructivas. -Anatomía del servilismo - por Nasere Habed López