Susana Villarán- Trayectoria política:
"Los resentimientos de Susana Villarán: Wensjoe"
"Esperamos que Susana olvide su sed de revancha y se reconcilie con los uniformados..."
"Wensjoe era casado con Rosa Villarán de la Puente. Ambos eran dirigentes de Sendero Luminoso"
Hay dos fechas que marcan la vida de la aspirante a la alcaldía de Lima Susana Villarán. El 11 de setiembre de 1973, día en que fue destituido el presidente chileno Salvador Allende y el 3 de marzo de 1982, día en que murió Jimmy Wensjoe Mantilla en Ayacucho.
En 1971, Villarán viajo a la ciudad de Santiago por encargo de Vanguardia Revolucionaria para estrechar lazos con el sureño Movimiento de Izquierda Revolucionaria y crear una retaguardia en la eventualidad que se iniciara la guerrilla en el Peru.
Susana animaba una comunidad hippie, donde se juntaban con comunistas bolivianos, argentinos y uruguayos bailando y cantando música de protesta y consumiendo marihuana. En sus momentos de lucidez, entrenaban militarmente porque presentían que el gobierno socialdemócrata no resistiría la presión de la oposición de derecha.
En ese entonces, en Chile reinaba el caos. Crecía el desempleo, se hacían largas colas para todo y se sufría el desabastecimiento de alimentos de primera necesidad.
Mientras tanto, el presidente Allende se solazaba con Miria Contreras, la payita, su amante 20 años menor que él y entregaba la administración del país a funcionarios castristas.
Ungido Augusto Pinochet, Susana regresó al Peru en un avión dispuesto por el dictador Juan Velasco quien ordenó recoger a los jóvenes peruanos, varios de ellos hijos de sus amigos coroneles y generales.
Pinochet cortó la romántica y prolongada juventud de Susana quien quedó resentida con los uniformados para siempre.
Wensjoe era casado con Rosa Villarán de la Puente. Ambos eran dirigentes de Sendero Luminoso. Wensjoe fue eliminado por un destacamento policial en la ciudad de Huamanga. Desde esa fecha, Rosa y su hermana Susana juraron vengarse de los responsables de la muerte de Wensjoe.
La justicia militar condenó a 12 policías por el homicidio y sentenció a penas desde 25 años.
Sin embargo, las Villarán no quedaron satisfechas. Ellas especulan que hubo una conspiración de coroneles de la policía que ordeno la ejecución de Wensjoe y no descansaran hasta castigar a esos oficiales.
Los políticos están obligados a superar sus odios y traumas. Esperamos que Susana olvide su sed de revancha y se reconcilie con los uniformados.