APRODEH
Ahora que la ONG Aprodeh se ha puesto “en el ojo de la tormenta” al darle una puñalada por la espalda al Perú en el Parlamento Europeo, para defender a la banda terrorista MRTA, es oportuno recordar su historia y desenmascarar su verdadera entraña totalitaria.
Aprodeh, la más antigua ONG de “derechos humanos”, nació a inicios de la década de los años 80’, como un apéndice del partido Vanguardia Revolucionaria (VR), del cual era jefe Javier Diez Canseco Cisneros.
Funcionó en sus inicios en la oficina parlamentaria del entonces diputado Diez Canseco, representante de la coalición Unidad Democrático Popular (UDP), conformada por VR, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (del que formaba parte Víctor Polay) y el Partido Comunista Revolucionario (PCR).
La presencia de Francisco Soberón como directivo de Aprodeh – hoy es además presidente de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos – se remonta a esos años, cuando también era asesor parlamentario del diputado Diez Canseco y miembro del Comité Central y del Buró Político de VR.
Es legítimo que un partido político democrático promueva o administre una organización de derechos humanos. De hecho, en muchos países ocurre. El problema es que VR no era un partido político democrático, sino una organización política de ideología marxista y de estructura leninista cuyo objetivo central era tomar el poder mediante la lucha armada.
Para ello contaba con un “aparato legal” que participaba en el “sistema burgués”, al cual despreciaba y se había propuesto destruir, y otro “aparato clandestino” que se dedicaba a tiempo completo a preparar la lucha armada con el objetivo de instaurar en el Perú y régimen totalitario y estatista.
Como todo partido leninista, VR tenía un “responsable militar” clandestino que se encargaba de entrenar a los futuros cuadros del “ejército revolucionario”.
¿Para qué un partido político de esas características creó una ONG dedicada a la defensa de los derechos humanos? Es inexplicable a la luz del sentido común, ya que el régimen totalitario que Diez Canseco y Soberón se proponían imponer en el Perú es la negación absoluta de los derechos humanos, por ser antidemocrático y enemigo de las libertades.
Pero, desde la perspectiva política de VR, Aprodeh tenía un rol claro en el “plano legal”, el cual era denunciar la “represión del estado burgués” y acusar a éste de violaciones de derechos humanos, para neutralizarlo y limitar su capacidad de respuesta cuando llegue el momento de la “lucha armada”.
Este es un viejo recurso de los grupos subversivos. De hecho, Sendero Luminoso le encargó esa tarea a la “Asociación de Abogados Democráticos” y a la “Asociación de Familiares de las Víctimas del Genocidio”; y al mismo tiempo utilizó a sus “tontos útiles” preferidos, los grupos izquierdistas de la iglesia católica.
Aprodeh ha tenido éxito: las fuerzas del orden están hoy atadas de manos para combatir al terrorismo porque sus hombres son perseguidos por jueces y fiscales a los que aquella y las demás ONG les han hecho creer que los militares y policías son asesinos compulsivos, mientras que los terroristas salen de las cárceles convertidos en “luchadores sociales y víctimas del estado”.
Ha cumplido ese rol desde que nació, primero al servicio de VR, y después de la UDP y del Partido Unificado Mariateguista (PUM), el cual hasta fines de los años 80’ tenía su “aparato militar” clandestino, gran parte del cual se fue al MRTA, según recuerdan antiguos militantes “pumistas”.
Es por eso que Gloria Cano, directiva de Aprodeh, fue abogada de los terroristas chilenos que integraron la “fuerza especial” del MRTA que ejecutó numerosos secuestros y asesinatos, y también por eso Aprodeh es la principal promotora de la persecución judicial contra el comando Chavin de Huantar.
Aprodeh jamás creyó en el sistema democrático, se aprovecha de él para proteger al terrorismo y para neutralizar a las fuerzas del orden. Que lo sepa el país. (victor.robles.sosa@hotmail.com)
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