Fuente: Nóbel a la soberbia | Políticamente Incorrecto
Nóbel a la soberbia
Mario Vargas Llosa acaba confirmar que cuando opina sobre política peruana los demonios de la soberbia y el rencor se apoderan de su alma. De otro modo es imposible explicar por qué ha declarado que Ollanta Humala es “uno de los mejores presidentes que ha tenido el Perú” y que “ésta es una de las razones por las que el Perú está creciendo y modernizándose”.
Vargas Llosa sostiene tales afirmaciones en tres argumentos: 1) Humala no ha sido Chávez, ha respetado la democracia. 2) Ha continuado la política de apertura comercial; y 3) Ha continuado la política de estímulo a la inversión y respeto a la propiedad privada. Contrastemos ahora sus palabras con la realidad.
1) Humala sigue el libreto de Chávez: Convivir con la democracia hasta acumular el apoyo popular necesario para dar el viraje. Por eso inyecta dinero a chorros a los “programas sociales”. Su drama es que no consigue apoyo porque el Perú cambió: pobres extremos son solo el 10%, y más que dádivas estos quieren oportunidades.
Otras pruebas de su chavismo son el intento de re-estatizar Repsol, la reelección conyugal, que es la fórmula que usó el chavismo argentino para quedarse en el poder, su juramento por la Constitución estatista del 79. Y qué decir de sus “democráticos” antecedentes golpistas.
2) Humala frenó la apertura comercial y pretendió darle prioridad al Mercosur chavista. Congeló las peticiones de TLC con el Perú presentadas por India, Rusia y los países árabes. Solo gracias a la institucionalidad del MINCETUR y de la Cancillería se mantuvo activa la presencia del Perú en APEC, la Alianza del Pacífico y el Acuerdo Transpacífico (ATP).
3) Arruinó la confianza de los inversionistas con la intentona Repsol y la reelección conyugal. El Perú NO ha captado nuevas inversiones grandes con Humala, y las que ya existían están paradas o se retiraron por la “consulta previa” y porque el gobierno se niega a enfrentar a los radicales anti-inversión. Conga es el símbolo de la ineficiencia del régimen.
Humala frenó el crecimiento de la economía, privando a los pobres de oportunidades para salir de la pobreza. En agosto el PBI creció sólo 0.8% con respecto a julio, y con relación a agosto del 2012 solo 4,3%. Si Humala hubiese continuado las políticas económicas, como dice Vargas Llosa, hoy estaríamos creciendo 8% o 9% y no retrocediendo.
Humala también truncó la importante reforma magisterial iniciada por el gobierno anterior, ha menoscabado la libertad de los ciudadanos al obligarlos a depositar sus ahorros en una AFP impuesta por el estado, y a darle de comer a sus hijos la lonchera escolar que el régimen considera “sana”.
Por si fuera poco, los programas sociales no llegan a los pobres y naufragan en un mar de denuncias de ineficiencia y corrupción que ocasionan intoxicaciones múltiples de niños.
Según las encuestas, para 7 de cada 10 peruanos Humala es ineficiente, ha creado más burocracia y ha detenido el avance del país. Pero Vargas Llosa dice “No me equivoqué, es uno de los mejores presidentes que ha tenido el Perú”. Y dice además que el ascenso del Perú empezó con Alejandro Toledo, ignorando así -por odio a Fujimori- que el proceso económico virtuoso nació con la Constitución de 1993.
Vargas Llosa avaló a Toledo y se equivocó; después a Humala y volvió a errar. Pero su soberbia es tan grande que no lo admite. Vive aferrado a la imaginación, de espaldas a la realidad.