Faenón Repsol. Ex premier señala que esta clase de iniciativas son propias de regímenes chavistas y castristas
Congreso impedirá[?] que el Gobierno malgaste dos mil millones de dólares para adquirir Repsol
El legislador Javier Velásquez Quesquén adelantó ayer que su bancada promoverá que el Congreso utilice las herramientas legales que le faculta la ley como primer poder del Estado para impedir que Petroperú ponga en riesgo dos mil millones de dólares, “dinero de todos los peruanos”, para comprar las acciones de Repsol y La Pampilla. “Esto es una locura que sólo a regímenes chavistas o castristas se les puede ocurrir”, dijo.
Para el ex premier es “absolutamente inconveniente” para el país la pretendida compra de acciones de Repsol por una serie de factores que demuestran que el Estado siempre ha sido un pésimo administrador de empresas.
“A lo largo del tiempo el Estado siempre ha demostrado que no es un buen administrador y ahora quiere comprar a Repsol, que no es una empresa rentable, a 400 millones de dólares, que tiene otros 500 millones en pasivos y 900 millones en compromisos de inversión, es decir que esta locura de corte chavista o castrista le puede costar a todos los peruanos casi dos mil millones de dólares”, anotó.
EL DATO
La compra de activos de Repsol por Petroperú debe ser autorizada por el Congreso, sostuvo el constitucionalista César Valega, quien dijo que según el artículo 60 de la Carta Magna “sólo autorizado por ley expresa, el Estado puede realizar subsidiariamente actividad empresarial, directa o indirectamente”.
La compra de activos de Repsol por Petroperú debe ser autorizada por el Congreso, sostuvo el constitucionalista César Valega, quien dijo que según el artículo 60 de la Carta Magna “sólo autorizado por ley expresa, el Estado puede realizar subsidiariamente actividad empresarial, directa o indirectamente”.
Expreso
Fuente/Source: DiarioCorreo
Expresidente de Petroperú: "Salomón Lerner está detrás de este negocio"
Textos:Mario Camoirano web@epensa.com.pe |Fotos:Karina Mendoza
08:15 | LIMA -
¿La posible compra de los activos de Repsol por Petroperú se convertirá en el parteaguas ideológico del gobierno de Ollanta Humala? ¿Se cayó la careta de la Hoja de Ruta y volvemos a la Gran Transformación? ¿El "Compromiso por la Democracia y contra la Dictadura", del que Toledo y Vargas Llosa fueron garantes, es mero papel mojado en tinta? Estas y otras preguntas han rondado los corrillos políticos y empresariales esta semana; pero para gente más pragmática, como el expresidente de Petroperú Jaysuño Abramovich, sería mejor seguir el consejo que el célebre informante Deep Throat les diera a los periodistas Woodward y Bernstein cuando investigaban el caso Watergate: "follow the money" (sigan el dinero).
Correo: ¿Por qué cree usted que el Estado peruano está interesado en la compra de la refinería La Pampilla y los grifos de Repsol?
Jaysuño Abramovich: Las cosas ocurren en el Perú como en otros países por razones de intereses sectoriales. Acuérdese de la guerra de Irak. ¿Quién se encarga de la reconstrucción? Contratistas americanos, entre ellos (y sin licitación de por medio) Halliburton, la empresa donde Dick Cheney (el vicepresidente de George Bush) fue delegado consejero. ¿Y quién pagó la factura? ¡Todos! La crisis financiera del 2008 contiene en parte esa factura. Los negocios mueven la economía y no al revés. Ni usted ni yo podemos cambiar esa realidad pero sí podemos denunciarla. Lo que está pasando es que personas, que han coadyuvado a que quienes hoy gobiernan estén allí, están justificando "técnicamente" que el Estado adquiera activos a un precio muchísimo más alto que el que realmente tienen a nivel mundial.
C: ¿Cómo puede estar seguro de ello?
JA: Porque la refinación es uno de los peores negocios que existen hoy en el mundo. Tanto así que las refinerías de PDVSA (la petrolera venezolana) están en Estados Unidos. Encima, La Pampilla requiere cerca de $900 millones para desulfurizar los combustibles que hoy produce. Por qué el Estado Peruano tiene que rescatar a los españoles.
C: Bueno, lo cierto es que Repsol es como cualquier propietario que desea vender un activo. Le da lo mismo quién sea el comprador, lo importante es que tenga el dinero.
JA: Es cierto, pero recuerde que siempre en todo intercambio de cierto valor hay alguien que se lleva su comisión. Recuerdo cuando no terminaba de sentarme en la presidencia de Petroperú me vino a visitar un vicepresidente de Enron, que acababa de comprar a la Belco, a la que García expropió plataformas petroleras en 1985. Me dijo que si yo acordaba con él la compensación, tendría mi vida arreglada. Le digo algo más, la misma tecnocracia que ayudó a los militares de la "Revolución Peruana" de Velasco Alvarado a estatizar el petróleo, las minas, la pesca, la electricidad, etc. fue la misma que ayudó a Fujimori a privatizar. Hablo de Joy Way, Loret de Mola, Lerner Ghitis y Quijandría. Todos son ahijados del mismo padrino.
C: ¿Y alguno de ellos sería el gran comisionista de esta posible compra a Repsol?
JA: El mismo que ahora sostiene que esa compra es un asunto "técnico" y no "ideológico". ¿Cómo puede ser técnica la compra de una empresa quebrada? Aquí las razones son personalísimas. Como decía Proudhon, "detrás de toda gran fortuna está el robo".
C: ¿Hablamos del ex primer ministro Salomón Lerner Ghitis?
JA: Sí claro, Salomón Lerner está detrás de este negocio. Es su estilo.
C: ¿Pero acaso no fue expectorado del entorno de Palacio de Gobierno?
JA: No lo sé. Pero si usted fuera Presidente lo lógico sería poner esto a cargo de alguien estructuralmente corrupto, a quien aparentemente ha botado (pero que financió su campaña), para que haga el negocio que no puede hacer abiertamente. ¿Usted cree que está en la Unasur para encargarse del problema paraguayo?
C: ¿Estructuralmente corrupto?
JA: Usted sabe cómo pasó de vivir en una quinta en Jesús María en 1978 a tener una espectacular residencia en Camacho, en 1988. Manejando el 33% del comercio exterior peruano de la época. No solo la exportación de harina de pescado (EPCHAP) sino la importación de leche, arroz y azúcar (ENCI). Muchos lo llaman empresario, pero según Joseph Schumpeter, empresario es aquel que arriesga. Él nunca arriesgó nada, aparte de poder ir preso. Es una persona que ha tenido éxito para hacer dinero a través del poder, haciendo que este sirva a sus intereses.
C: ¿No estará hablando por la herida? Lo digo porque alguna vez fueron socios y luego él se quedó con la empresa.
JA: Mire, usted está hablando con un muerto. Hace dos años tuve un ataque cardiaco y estuve clínicamente muerto. Me revivieron y ahora mi corazón trabaja al 24% de su capacidad. Así que aquí no me motivan revanchas personales, pero sí el genuino deseo de que no se desperdicie el dinero que debería servir para que no se estafe una vez más a los pobres del Perú. Mi inspiración viene de Emile Zola y su carta abierta "J'Accuse" (Yo acuso). Cuando yo estudiaba Derecho en San Marcos, practicaba en el estudio de uno de los mejores penalistas de aquel entonces. En una ocasión se asumió la defensa de un acusado de asesinato y estupro y el abogado me dijo: "Gringo, al juez le gustas. Una reunión en la oficina, unos tragos, un bailecito ...". Terminé la carrera para no defraudar a mi madre, pero paralelamente estudié Sociología con Matos Mar. Por algo soy de los pocos expresidentes de Petroperú que jamás tuvieron una objeción de Contraloría y eso que no había día en que no me pidieran fondos para la "caja chica". La corrupción es el peor crimen que se puede cometer en un país pobre y por eso mismo, deberíamos invertir el dinero que se quiere desperdiciar en La Pampilla en sanear el sistema de justicia, porque un país donde los ciudadanos en lugar de sentirse protegidos por sus jueces contra los abusos del poder, temen a sus jueces porque son instrumentos del poder, a esto nunca podrá llamarse una democracia.
Fuente/Source: La Columna de PPK, Petroperú/Repsol: ¿Regresamos al pasado? Correo
Petroperú/Repsol: ¿Regresamos al pasado?
Como otras empresas que padecen la crisis europea y en particular la de España, la empresa española de petróleo Repsol está reorganizando sus activos. Ya tiene acuerdos para vender una parte importante de sus actividades en América, incluyendo una refinería grande en Trinidad y Tobago y su participación en Peru LNG, por un total de aproximadamente $6500 millones. Además, estaría intentando vender la refinería de hidrocarburos que tiene en La Pampilla, en el Callao, refinería que fue privatizada por el Estado peruano hace 15 años. El gobierno peruano ha reconocido que Petroperú está interesado en recomprar una participación o el control de este activo industrial, con los 270 grifos a los cuales abastece. Si Petroperú adquiriera el control, ello representaría un muy grave riesgo contra las políticas económicas exitosas que se han venido siguiendo en el Perú en los últimos 20 años.
¿Cuáles son los hechos?
Es cierto que Repsol está evaluando la venta de la refinería de La Pampilla y de los grifos que abastece. La sobrecapacidad en la industria de refinación en el mundo hace que los márgenes de utilidad de esta industria sean bajos. A pesar de ello, la empresa ha invertido $400 millones en los últimos años y La Pampilla tiene una calificación sísmica e industrial alta. Las AFP participan en La Pampilla con 49% de las acciones. Habría varios interesados en la parte accionaria que tiene Repsol.
El viaje del presidente Humala a Cuba y luego a Venezuela, seguido de declaraciones que parecen promover la empresa estatal, más el papel político visible de la Primera Dama, han generado intranquilidad empresarial y conjeturas periodísticas sobre un cambio del "modelo" económico. Es importante calmar este acalorado ambiente.
¿Cuál es el problema?
Si Petroperú tomara el control de La Pampilla, deberíamos recordar que el Perú ha tenido una mala historia de empresas estatales, sobre todo en las décadas de 1970 y 1980. El enorme endeudamiento de estas empresas estatales, que fueron utilizadas para subsidiar a ciertos grupos económicos, fue la principal causa de la crisis de la deuda peruana (y también latinoamericana) que empezó en 1982-83. Esta crisis concluyó con la peor inflación de la historia y un desabastecimiento generalizado que iba desde electricidad y energía hasta alimentos. Por eso, en la Constitución de 1993 está el artículo 60 que básicamente impide que el Estado participe en actividades comerciales que pueden ser llevadas a cabo por el sector privado.
¿Hemos cambiado desde esa época? Sin duda hubo mejoras, pero está claro que en el Perú las pocas empresas estatales que subsisten tienen serios problemas de eficiencia. Algunos argumentan que en otros países hay buenas empresas estatales, por ejemplo Ecopetrol en Colombia y Petrobras en Brasil. Es cierto, pero el resto del panorama latinoamericano no es nada alentador, desde la empresa estatal de electricidad en México hasta las empresas estatales energéticas en Argentina, pasando por PDVSA en Venezuela, cuya producción y exportaciones han decaído rápidamente en la última década.
Algunos dicen que la refinación de hidrocarburos es un negocio "estratégico". Ciertamente, en las décadas de 1970-2000 el petróleo fue muy estratégico porque había una escasez de este recurso. Esta escasez se asoma de vez en cuando y es sin duda un problema para Europa y para grandes importadores como China. Pero el mercado petrolero ha cambiado silenciosa aunque radicalmente en los últimos años debido a lo que pasa en Estados Unidos: creciente producción, decreciente importación y un mar de nuevos descubrimientos de hidrocarburos, sobre todo de gas. Entonces lo que era estratégico hace 40 años, ya no lo es. Más importante que la refinería para el Perú es el hecho que nuestra producción de petróleo está estancada, porque más de 20 proyectos de exploración y producción están parados por falta de permisos.
Repsol le ha pedido a sus banqueros que para hacer atractiva la venta de la refinería en el Perú se incluyan también los grifos, que cifran 270 (135 directamente de Repsol) y que incluyen minimercados muy exitosos. La utilidad en los grifos no está en la venta de gasolina sino en los Repshops, que venden todo tipo de comidas y tragos que van desde Pringles hasta whisky. Si Petroperú tomara el control de los grifos, deberíamos recordar que ningún gobierno ha tenido éxito en manejar supermercados ni tiendas de lujo. La idea de que si el Gobierno fuera propietario de la refinería y de los grifos podría controlar los precios de los combustibles está completamente equivocada, aunque con La Pampilla y Talara el Estado controlaría casi toda la refinación en el Perú. El Perú importa diesel, el principal combustible del país, y también petróleo crudo. El verdadero "control" está en tener una economía sólida y bien abastecida de energía.
No debemos dejarnos guiar por ideas que tuvieron su momento hace 30 o 40 años atrás. Repsol está en total libertad de vender su refinería y sus otros valiosos activos en el Perú a quien quiera, pero el gobierno del Perú no debe utilizar escasos recursos para controlar un activo que ya existe. En vez de hacer eso, debemos invertir en educación y en infraestructura, que son los grandes vacíos que hay que llenar si queremos que el Perú prospere.